Cae (II)
Se despuebla poco a poco todo el ser
acabado, ardido en su silencio
manto ingrato de inefable oscuridad
hambriento del latido que se rompe
El alma no huye, se quedó sin aire
callada, moribunda en una calle
que se alarga en el olvido sin tiempo
de sueños condenados a la luna
Nada queda del brillo del espejo
sólo húmedo recuerdo entre grietas
laberinto escrito de memoria
Transita de dolores el vacío
descubriendo ese lienzo inacabado
de la vida enterrada y sin destino
Ya no vuela el instante, sólo muere
tornado en agonía de los tiempos
la risa se ocultó entre la yerba
rota, yace en las manos del pasado
Y el viento se complace en el lamento
lo acoge entre sus metálicos brazos
y acuchilla la última palabra
aquel verbo que creía en su poder
Vano esfuerzo se deshace en el intento
no hay canción grabada en el pecho
cayó herida en aire sin sustento
Una nota se resiste al cruel momento
está sola, sin nombre, sin herencia
pero es paciente
huele a tierra y es oscura
Tu poesía siempre deja un poso que transciende a lo humano, es una forma de abrir grietas en lo carnal y transformalo en caminos espirituales, como esas sendas en el margen que nos reservas para cuando volamos entre tus hermosas letras para regenerarnos e impregnandos de la redentora esencia que nos regala tu forma de entender el arte y la belleza.
No me convencerás, mi estimado amigo. Hay más aquí de tu generosidad que de mi arte… pero ya sabes, te lo agradezco profundamente.
Un abrazo
Profundas letras
Un gusto leerte
Saludos
Bienvenido a estas sendas, mi estimado. Gracias por dejar tus huellas.
Por cierto, precioso avatar.
Estimado Juan,
Escribes una poesía cuya espiritualidad cala. Es algo que trasciende a tus palabras y llega desde tus sendas a nuestro corazón.
Un abrazo.
Montserrat
Gracias Montesarrat. Yo creo que se debe más al cariño de vuestra mirada que al mal arte de mi pluma. En cualquier caso, es una delicia recibirte aquí y con palabras tan hermosas.
Gracais Montserrat.
Una nota se resiste al cruel momento
está sola, sin nombre, sin herencia
pero es paciente
huele a tierra y es oscura
como enterrando los recuerdos vestidos de soledad y silencio… mientras se reclama la palabra amable que inunda los instantes quizás de amor y sentimiento.
como siempre llenando la vida de instantes imperecederos y hermosos.
besos
Mi querda amiga. Por fin nos encontramois de nuevo en los espacios de las palabras, entre sendas y amaneceres, como siempre fue. Bienvenida.
Un beso
Qué bello escribes… resuenan tus versos en el crugir de las hojas caídas en el bosque, a cada paso, lamento…
Y quizá… esperanza, una gota.
Gracias Juan, por la belleza de tus versos
Un lamento… hasta quizá una gota de esperanza… bueno, puede ser mucho una gota, puede haber mucho en una gota.
«El viento despierta,
barre los pensamientos de mi frente
y me suspende
en la luz que sonríe para nadie:
¡cuánta belleza suelta!»
…como el crujir de hojas caídas…
Un beso