Adriano
Publio Elio Adriano, emperador romano (76 dc – 138 dc), uno de los cinco grandes… e hispano
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13 julio, 2012 - Posted by Juan | Palabras con luz | Adriano, Célebres, Citas, frases, Fuerza, Futuro, Unión
8 comentarios »
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Un «beRso»
Sé que algún día se alzarán de nuevo las yemas recién nacidas de mi rojo corazón, entonces, quizás, oirás mi voz enceguecedora como el canto de las sirenas; te darás cuenta de la soledad; juntarás mi arcilla, el lodo que te ofrecí, entonces tal vez sabrás cómo pesa el amor endurecido. Gioconda Belli
De los días
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El rincón de la mecedora
“…Y me esperó tanto que todavía está ahí, con su mano levantada, saludándome. En ese tiempo, en ese lugar indefinible donde se guarda lo más profundo y, quizá, lo más inexplicable de la memoria…” Adriana bucea en esa memoria repleta de llaves que abren puertas a las zonas más ocultas, donde todo cabe, incluso el gran vacío. Amor y profunda, arraigada, tristeza, como casi siempre en la delicada y maestra pluma de Ana Mª Matute. Paraíso Inhabitado, un extraordinario paseo a las habitaciones donde se ordena la memoria de nuestra niñez. “El tiempo lo cura todo, pero también lo quema todo. Lo bueno y lo malo. Te arranca de la memoria cosas que quisieras tener ahí. El tiempo se lo lleva”
El mundo, amplio, increíble…
Huellas
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Poesía Extraordinaria
Sendas extraordinarias
El juego de los abalorios
El arte de amar
Los niños tontos
El amor en los tiempos del cólera
La náusea
Memorias de Adriano
Señora de rojo sobre fondo gris
La tregua
La soledad de los números primos
Las ciudades invisibles
Fuegos
El elogio de las sombras
El viento de la luna
1984
Cien años de soledad
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Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 España
Y muchas veces, grandes desmanes… :o(
Todo depende de la harina con la que se hace el pan…
Saludos, mi estimado Alberto.
Nunca he creído en esa frase, en casi cualquier contexto me parece hipócrita, irreal, utópica, más bien en su época eran unos quienes pensaban en grandes empresas y obligaban a muchos a unirse por narices para realizarlas.
Y hoy muchos se arriman a quienes construyen sin dar un palo al agua.
Abrazo jefe.
Cada uno de nosotros es libre de alimentar sus propias convicciones, mi estimado Dess, unos unas, otros otras. Yo creo en el trabajo en equipo, en el construir a cuatro manos, o más manos. La fuerza radica en esas cuatro manos.
Como dice Alberto, todo puede llegar a desmanes, tan fina es la frontera que separa los extremos. Pero si la harina es buena… entonces somos capaces de lo más extraordinario.
Pero ya sabes, no es más que una opinión, tan válida, tan sagrada como la tuya.
Un abrazo, mi estimado jefe.
El problema de estas frases es quién la escribe y quién la lee, la escribe alguien que dudo que hiciera su muro con gente colaborando por propia voluntad, y dicho muro, aunque militarmente tuviera su función, no dejaba de ser eso, un muro.
Como arenga pues está bien, pero normalmente suele ser una de esas frases que usan gente de escasa virtud para aprovecharse de las masas.
Porque lo queramos o no no todo el mundo piensa como tú, lamenteblemente añadiría. Ya sabes que soy poco de utopías y de buena opinión sobre el ser humano, quizá porque me miro demasiado a mí mismo 😀
Ahora, solo el elegir la frase es meritorio ¿ves?, sugiere debate, y debatir contigo es algo que siempre agrada.
Un abrazo jefe.
Pues no nos queda más remedio que confiar en el ser humano, no creo que tengamos otras manos que nos ayuden a construir. Y construir solo, sólo aporta una visión subjetiva, casi egoísta, además de cansar en exceso si la obra es contundente.
Con toda seguridad las piedras que conformaron ese muro no fueron portadas por los poderosos, filósofos, poetas o libre pensadores del momento. Ni la campaña de Judea fue una apasionada proclama de paz y libertad para hombres de buena voluntad. Fueron en todo caso hechos de la historia, y nuestra misión es tenerlos presente junto con las propias circunstancias que los rodearon. Adriano, en mi opinión, fue un extraordinario estadista, y casi humanista si consideramos las circunstancias de aquellos tiempos. Aunque está claro que todo ser humano está sujeto a la crítica posterior de sus actos, casi siempre hay caminos alternativos.
En todo caso, aprehender, mi estimado Dess, siempre es ése el camino para construir.
No sé si te apasiona la lectura. Si es así, te recomiendo «Las memorias de Adriano», de Marguerite Yourcenar. No es una biografía, más bien una novela histórica bajo tintas de falsas memorias. Un libro extraordinario para los sentidos.
Sí, el debate es sano, abre las ventanas de la mente, propone sendas escondidas, sugiere todo un mundo de posibles.
Un abrazo, jefe.
Amigo Juan… en otros tiempos esta frase me hubiera parecido acertada pero, al menos en España, en la actualidad las «grandes empresas» son unos entes que se enriquecen más y más a costa de los más necesitados… perdona que haya bajado el nivel a algo tan mundano pero… uf! Me callo… que me pierdo…
Las grandes empresas, los inefables mercados, las masas errantes, los colectivos precualificados en autoridad moral… todos ellos son nosotros, son seres como nosotros, con tantas luces y tantas sombras como las propias nuestras. Nosotros construimos esto cada día, esto tan mundano.
Y nos perdemos cada día un poco más…