Sueños
Como redondas piedras pulidas,
de llantos esmaltados en grises,
pierden por tropiezos del tiempo
aristas, sus formas, el rostro.
Los seduce la corriente,
constante,
indiferente a lamentos.
En su materia esconden las palabras perdidas,
encerradas, desposeídas del eco,
son destino de arena oscura
en los mares del olvido.
Quizá sea la luna ese mar lleno de sueños
arrastrados por los vientos de la noche.
A veces llora, y uno se escapa,
sólo línea brillante, efímera,
perdida en el oscuro palio.
Clama el futuro en su filo
intenso y sediento,
grita con voz dulce
urgente y preciso.
Ningún horizonte lo alienta
arde, se consume.
Pero en una playa descansa el gran Adriano,
y no se perdió la isla del bravo Aquiles
ni las cuentas derramadas de las manos del sabio
en el país que ya no existe.
Noche, incéndiame,
llévame al mar,
duérmeme en sus brazos,
junto a Adriano,
donde al menos, el recuerdo vive.
Ahora nadie canta
El planeta vacío que dormía en la copa
está en mi garganta
Pequeño ruiseñor
por qué murió
He buscado en tu cuerpo la canción
Alguien lleva un tesoro entre las manos
Es Un Astro Apagado
Vicente Huidobro
Olvido: «lamentos. En su materia esconden las palabras perdidas, encerradas, desposeídas del eco, son destino de arena oscura en los mares del olvido.»
LLega la muerte silenciosa con el olvido, con las palabras perdidas, con el llanto seco de lágrimas,…
Muy bonitos versos.
Un beso
Con la nada que el tiempo arroja contra aquellos sueños rotos que se consumieron en su propio fuego… No deberían romperse nunca.
«o sea, que los signos en el aire
son señales de humo, pero el humo
lleva consigo un corazón de fuego»
Un beso
Querido y admirado jefe, ¿te suena una novela infantil llamada «una vaca, dos niños y trescientos ruiseñores»? se la está leyendo mi hija mayor, este hombre es uno de los protas, vaya casualidad.
Del significado de la lealtad y de los sueños, de imposibles, de empeños e ilusiones. Debe ser un gran libro, y si el protagonista es Huidobro, pues algo de excentricidad para alentar el humor.
Sí, seguro es un gran libro.
Un abrazo
Si, mucho de excentricidad, mucho de metáfora, infantil, pero buen libro, me lo he leído, me resultó curioso que el prota fuera un poeta al que he leído alguna vez por aquí, «Al poeta chileno Vicente Huidobro su país se le hacía demasiado largo y estrecho», así resumiría su comienzo, imagina el resto.
Un abrazo jefe.
Y por cierto, la historia de la vaca es real. Sí, mucho de excentricidad, algo que pueden permitirse los genios…
Buenas, te está leyendo mi hija, la que lee el libro, ha dicho, «Hala¡¡¡», ah, y no te quiere dar un beso, ahora me riñe por ponerlo 😀
Cuídate jefe.
Pues todo mi agradecimiento a esa pequeña por pasear estas sendas, y unos versillos famosos, por si de su gusto saborearlos fuese:
«Que es mi barco mi tesoro,
Que es mi Dios la libertad,
Mi ley la fuerza y el viento,
Mi única patria la mar»
Un abrazo y un besito.
Los ha leído, ha sonreido, no se creía que eran para ella, le he dicho que a ver si te escribía algo, se ha ruborizado, es timidina, buena chica claro, pero la sonrisa ha sido clave, le ha hecho ilusión 🙂
Por cierto, que no había dicho nada del poema, quizá porque hasta ahora no me había dado cuenta que es tuyo, porque mira, sí, ya creo reconocerte en toda la parte en negro, quizá me equivoque y quede ahora mal, pero afirmaría que esas letras salen de tí.
Todo en sí me ha gustado, quizá claro ese homenaje a Adriano, pero sin duda:
«En su materia esconden las palabras perdidas,
encerradas, desposeídas del eco,
son destino de arena oscura
en los mares del olvido.»
Tú eres a la poesía lo que Plared al cine, siempre del lado del derrotado.
O quizá del lado pragmático, que sugiere siempre las sendas de lo posible más allá de las luces o sombras que las habitan. Vivir es derrotarse cada día, aprenderse para sugir hambriento de victoria con las primeras luces del alba.
«Caigo de mi alma.
Y me rompo en pedazos de alma sobre el invierno;
Caigo del viento sobre la luz;
Caigo de la paloma sobre el viento» (V.H)
Un abrazo