Friedrich Nietzsche, II
Friedrich Wilhelm Nietzsche, filósofo alemán (1844 – 1900), el gran deconstructor de la realidad inventada. A todas luces, un gran tipo…
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3 octubre, 2012 - Posted by Juan | Palabras con luz | Citas, filosofía, frases, Literatura, Nietzsche
16 comentarios »
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Un «beRso»
Sé que algún día se alzarán de nuevo las yemas recién nacidas de mi rojo corazón, entonces, quizás, oirás mi voz enceguecedora como el canto de las sirenas; te darás cuenta de la soledad; juntarás mi arcilla, el lodo que te ofrecí, entonces tal vez sabrás cómo pesa el amor endurecido. Gioconda Belli
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“…Y me esperó tanto que todavía está ahí, con su mano levantada, saludándome. En ese tiempo, en ese lugar indefinible donde se guarda lo más profundo y, quizá, lo más inexplicable de la memoria…” Adriana bucea en esa memoria repleta de llaves que abren puertas a las zonas más ocultas, donde todo cabe, incluso el gran vacío. Amor y profunda, arraigada, tristeza, como casi siempre en la delicada y maestra pluma de Ana Mª Matute. Paraíso Inhabitado, un extraordinario paseo a las habitaciones donde se ordena la memoria de nuestra niñez. “El tiempo lo cura todo, pero también lo quema todo. Lo bueno y lo malo. Te arranca de la memoria cosas que quisieras tener ahí. El tiempo se lo lleva”
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Pues en cierto modo estoy de acuerdo con la sentencia…Muchas veces nuestras convicciones deberian ser más tolerantes ¿no? por si acaso….Un abrazo y buen día
Tolerantes respecto a confrontar la realidad percibida no sólo con nuestros criterios. Alterar los puntos de vista sólo por descubrir nuevas puertas, nuevos caminos. Deconstruir la realidad para percibirla entera, casi exacta.
Gracais por tus huellas, mi estimada.
Buceando un poco por Nietszche, se cuestiona la verdad, la mentira… todo. Buenos días 🙂
Buceando por Nietzsche se bucea en lo más íntimo del ser humano… sí, en las aguas de la verdad y de la mentira… y alguna cosa más.
Un abrazo, mi estimada.
Estoy totalmente de acuerdo!!
Feliz día
Pues somos dos, mi estimada amiga. Y a veces, dos son mucho.
Un abrazo
El problema de las convicciones es que solo te dejan ver la verdad y la mentira… Y no se dan cuenta de que la verdad y la mentira son conceptos abstractos y subjetivos. Puede que el proceso del desaprendizaje sea uno de los mas duros, porque hay que dejar a un lado lo aprendido y lo impuesto, para dar paso al espíritu escrito.
Las convicciones a veces mueven montañas y, otras muchas, frenan libertades…
No podría estar más de acuerdo. Para muchas cosas cotidianas convertimos a nuestra mente, a nuestro cerebro, en una vulgar máquina digital: sí o no. Y sea cuál sea la respuesta, archivamos sin cuestionar nada, como si ese ejercicio ya lo hubiésemos realizado millones de veces y no comporte riesgo alguno, otros puntos de vista.
Deconstruir, sólo así se avanza. Deconstruir, que no es destruir.
Otro beso
Nietzsche y su regusto extraño por la felicidad. Una felicidad profunda, eterna, suspendida… Grave y lúgubre en ella misma.
Nietzsche, el gran poeta de la vitalidad.
Gracias por compartirlo.
Tan extraño… no para él. Él la aceptaba, quizá esa sea la fórmula, no buscarla, sólo aceptarla… Aunque no estoy de acuerdo conmigo mismo.
Pues sí, además, no es la primera vez que comentamos algo parecido, aunque hacía meses, a no ser que tus convicciones sean de las susceptibles de ser cambiadas corren el riesgo de pasar a ser sinónimo de fanatismo.
Yo desde luego no soy de convicciones, tengo mi filosofía de vida, pero como decis en algún comentario, hay que ser capaz de cambiarla a medida de que vas cogiendo cosas de la gente con la que te cruzas, de lo que lees, de lo que oyes, de lo que ves.
Pero supogo que si las convicciones cambian pues ya dejan de serlo, por lo que se antoja que sí, que de por sí por narices tienen que bordear la mentira.
A sus pies estimado jefe.
«…la formación de hábitos tiene tendencia a sacar la idea del campo de la inspección crítica…Podría ocurrir, como así creemos que pasa, que diversas premisas profundamente insertadas en nuestros estilos de vida sean sencillamente falsas o insostenibles, y que se vuelvan patológicas…»
Yo soy de esos que pueden cambiar sus convicciones si los argumentos son convincentes. De hecho creo que todos, de alguna manera, los vamos modelando cada día. Y creo que asumimos demasiadas verdades o mentiras sin analizarlas, las validamos de forma automática… tengo la casi certeza, de lo contrario sería una convicción.
Y sí, lo hemos discutido muchas veces… buena lógica esa última tuya, muy buena.
Un abrazo
Recuerdo haber leído, precisamente de Nietzsche, que para llegar a ser sabio, «es preciso querer experimentar ciertas vivencias, es decir, meterse en sus fauces. Eso es, ciertamente, muy peligroso; más de un sabio ha sido devorado al hacerlo». ¿No son siempre las convicciones las que nos impiden escuchar verdades que desconocemos: como sé que fulanito es ‘así’ o ‘asao’ no puede enseñarme nada que me interese; como tal autor no me gusta, o tal artista no es ‘de mi cuerda’, o tal director de cine… en ocasiones nos perdemos cosas que merecerían nuestra atención por suponer indebidamente o por estar convencidos de cosas sin haber razonado realmente sobre ellas.
Si estoy un poco espeso, es por las horas que son. Un abrazo, Juan.
Nada de espeso, es precisamente el centro, la idea. Nietzsche es el gran amante de la realidad, de la realidad real, no la que asumimos por esas convicciones; cercenar a la razón la posibilidad de deconstruir cada realidad que le llega es perder parte de esa realidad, asumir que es tal y como nuestros esquemas mentales ya la han asumido en el pasado.
Hay que dejar a la razón hacer su trabajo, al máximo nivel, a todo lo que dé. Sólo así podrá verse en el presente que es.
Pero ya sabemos, esto, planteado así, no deja de ser una convicción más… ¿Cuál será entonces esa realidad?
Un abrazo
Claro, claro, al fin y a la postre también es una convicción, de la que no cabe sino dudar 😉
(Otro) abrazo
Convicciones y argumentos son siempre cambiantes. Todo relativo a las experiencias vividas, a lo acontecido y por supuesto. A lo que nos hubiera gustado que pasara, algo que siempre, de alguna manera brilla sobre cualquier pensamiento o acción. Saludos