Día 12, Febrero de 2012
Instantáneas
Una caricia puede abrir un saco de ternura
…y un saco de ternura parece puede abrir una tímida cajita de sonrisas
Una cajita de sonrisas cierra la noche oscura, es claro
…y la noche oscura abre la sorpresa de la mañana
La sorpresa de la mañana es un abrazo del sol
…y el sol abraza sólo cuando amanece Domingo
Cuando amanece Domingo no importa el tiempo
…y cuando no importa, el tiempo es una canción
Una canción trae a otra, y esa otra a otra más
…y esas otras más son música en la piel
La música en la piel es una caricia
…y una caricia puede abrir un saco de ternura… pero sólo cuando amanece Domingo
Memoria
Ahora los rayos desgarran
la sombra espesa. Reciente,
todo el paisaje se muestra
abierto y mudo, evidente.
…y un saco de ternura parece puede abrir una cajita de sonrisas. ¿Miedo?
La noche, madura toda,
gravita sobre la nieve
hilada. ¿Qué zumos densos
dará en mi mano caliente?
…y la noche oscura abre la sorpresa de la mañana. Eso, sorpresa.
La noche en mí. Yo la noche.
Mis ojos ardiendo. Tenue,
sobre mi lengua naciendo
un sabor a alba creciente.
…y el sol abraza sólo cuando amanece Domingo. Sí, es suave calor.
Poca es la fe de un hombre incierto.
…pero una canción… es música en la piel. Caricias del alma.
(Vicente Aleixandre)
«Las soledades aterran
desde los fríos brazos
donde nace la caridad del último horizonte
la cáscara vacía que relató Fedón
sin virtud o contrario»